Cómo hacer el mejor comentario de texto en PEvAU

Para la filosofía los textos son imprescindibles, es el modo de transmitir y de intercambiar distintas ideas. Gracias a comentarios de texto podemos integrar personalmente dichas ideas y aprender filosofía. El comentario de texto es el corazón del examen de Filosofía en la PEvAU. Es de suma importancia dominar cada paso para lograr una buena ejecución. Aquí te mostramos una guía completa de cómo realizarlo.

Estructura del comentario de texto filosófico

Lo primero en lo que debemos fijarnos, incluso antes de leer el texto, es en la estructura de este. La estructura nos dará unas cuantas claves acerca del tipo de texto que tenemos entre manos y del autor que lo ha escrito. ¿Se trata de un diálogo? ¿Un artículo en un periódico?

Del mismo modo, no solo es importante la estructura literaria del texto, sino la interna. El fragmento del texto al que nos enfrentamos tiene su propio orden. Esto determina cómo son desarrolladas las ideas que el autor propone y cómo nosotros debemos entenderlas. En esta última cuestión profundizaremos un poco más adelante.

Pasos para escribir el comentario de texto de filosofía para la PEvAU

A continuación, tienes paso por paso la forma de enfrentarte al texto. Es importante seguir cada uno y no saltarse ninguno para elaborar un óptimo comentario de texto y obtener el mejor resultado posible.

1. Leer atentamente el texto

Aunque parezca evidente, es imprescindible hacer una lectura atenta y sin distracciones para entender bien lo que el texto nos quiere decir y no confundir ninguno de los conceptos ni de las ideas propuestas en este. Algo que parece sencillo puede complicarse a la hora del examen debido a los nervios y a las prisas (no gozamos de un tiempo infinito). Aun así, es mucho mejor tomarnos el tiempo que requiramos en leerlo varias veces y comprender lo que nos dice para no tener errores en el posterior desarrollo.

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2. Definir el tema del texto y las ideas principales

El tema del texto es la idea principal, pero contenida en tres o cuatro palabras. Es lo que el autor nos quiere transmitir. Una forma que recomendamos para enfrentarnos a ello es subrayar los conceptos o ideas más importantes. Esto nos dará una pista sobre el pensamiento en el que el texto se encamina. Nos ayudará a la comprensión completa del texto y nos preparará para saber en qué consisten las ideas principales. Una vez que ya sepamos cuál es la idea principal del texto y los conceptos clave, debemos relacionarlo con la filosofía del autor y explicar todo lo que sepamos acerca de ello.

3. Tipo y estructura del texto.

Es posible que nos encontremos un tipo de texto dependiendo el autor de filosofía con el que nos encontremos. Según la estructura que presente el texto lo podremos enfrentar de dos formas distintas.

La primera consiste en señalar la estructura lógica del texto, es decir, debemos indicar cuál es la idea principal (la tesis) y cuáles son las ideas que apoyan a dicha tesis. Estas pueden constar de varios argumentos o incluso de ejemplos.

La segunda consiste en seguir el orden de exposición de cada texto. Es decir, debemos señalar la idea fundamental del texto, esto no varía, y a partir de ahí explicar cómo estas ideas van apareciendo en orden en el texto. Al contrario que la primera, no importa tanto el peso de los argumentos o la idea que apoyo, su relevancia se debe al orden en el que aparezca.

4. Contextualización

Es importante al desarrollar nuestro conocimiento explicar todo lo que sepamos, lo que incluye introducir al autor y su época histórica. Debemos presentar al autor y colocarlo en un momento histórico determinado, las ideas del texto no nacen por sí mismas. El texto en sí mismo no está completo. Sus ideas y palabras pertenecen a un filósofo y una época determinada que propicia el caldo de cultivo para el pensamiento que estamos analizando. Del mismo modo, el contexto histórico nos ayuda a entender mucho mejor el porqué de ciertas ideas. Por ejemplo, el rechazo de Platón por la democracia se debe a que este sistema político condenó a su maestro Sócrates. Esto nos ayuda a entender lo que motiva a los autores a pensar de determinada forma y en cómo desarrollan sus ideas.

5. Opinión crítica

Esta es la última parte del comentario, pero, no por ello es menos importante. La opinión crítica es un arma de doble filo, ya que es la parte más subjetiva del texto, pero también es la parte en la que debemos demostrar que hemos entendido todo. Demostrar que no lo hemos aprendido de memoria, sino que dominamos con soltura lo que el autor quiere transmitir y que incluso poseemos una opinión fundamentada al respecto; independientemente de que se esté a favor o en contra.

Lo verdaderamente relevante en esta última parte del comentario es demostrar la capacidad de síntesis y de argumentar. Siéntete completamente libre de expresar tu opinión, la filosofía es el espacio adecuado para ello, más ten siempre en cuenta que debes ser respetuoso y basarte en el uso de la razón, explicar a que se deben cada una de tus opiniones y ayudar a ilustrarlas con ejemplos.

¿Cuánto tiene que ocupar un comentario de texto de filosofía?

Como en la filosofía, la respuesta depende. No hay una medida exacta. Depende de lo que nos ocupe el tipo de letra y del tiempo que dispongamos. Es importante ceñirnos a la duración del examen y completar cada apartado. Lo importante para la buena elaboración del comentario es elaborar todos los pasos y que no quede ninguno por contestar. No debe ocupar menos de una carilla a cada apartado, aunque lo más recomendable sería desde una carilla y media hasta tres por cada apartado.

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Ejemplo de un comentario de texto de filosofía para Selectividad

A continuación, un ejemplo de comentario de texto en selectividad, con sus preguntas.

La tercera es la que se deduce a partir de lo posible y de lo necesario. Y dice: encontramos que las cosas pueden existir o no existir, pues pueden ser producidas o destruidas, y consecuentemente es posible que existan o que no existan. Es imposible que las cosas sometidas a tal posibilidad existan siempre, pues lo que lleva en sí mismo la posibilidad de no existir, en un tiempo no existió. Si, pues, todas las cosas llevan en sí mismas la posibilidad de no existir, hubo un tiempo en que nada existió. Pero si esto es verdad, tampoco ahora existiría nada, puesto que lo que no existe no empieza a existir más que por algo que ya existe. Si, pues, nada existía, es imposible que algo empezara a existir; en consecuencia, nada existiría; y esto es absolutamente falso. Luego no todos los seres son sólo posibilidad, sino que es preciso algún ser necesario. Todo ser necesario encuentra su necesidad en otro, o no la tiene. Por otra parte, no es posible que en los seres necesarios se busque la causa de su necesidad llevando este proceder indefinidamente, como quedó probado al tratar las causas eficientes (num.2). Por lo tanto, es preciso admitir algo que sea absolutamente necesario, cuya causa de su necesidad no esté en otro, sino que él sea causa de la necesidad de los demás. Todos le dicen Dios.

Las preguntas del examen serán como las siguientes:

1.  Describa el contexto filosófico-cultural que influye en el autor del texto.

El problema filosófico crucial en la Edad Media es el de la relación entre fe y razón. Este afectará de forma determinante a todos los autores y marcará la época. El problema de la relación entre la razón y la fe, es el problema de la relación entre la filosofía y la teología, esto es, cuál de las dos respecto a la comprensión del mundo, la orientación moral y la salvación del hombre, la ordenación de la sociedad. Consiguientemente, posibilidad de asimilar el pensamiento de los filósofos paganos (Platón, Aristóteles y neoplatonismo) junto con la tradición bíblica y patrística (San Agustín, sobre todo). Este problema estará presente en la discusión de los otros problemas: relación de Dios con el mundo (problema de la existencia de Dios y de su conocimiento esencial); relación entre orden natural (naturaleza) y orden sobrenatural (gracia); relación entre Iglesia y Estado; el problema de la realidad de los conceptos universales; el problema del conocimiento. Vamos a ver tres soluciones diferentes que se dieron a este problema:

  • San Agustín: su máxima en este terreno es «crede ut intellegas, intellige ut credas», esto es, cree para entender, entiende para creer. No hay límites entre la razón y la fe, sino colaboración mutua para alcanzar la única verdad que existe que es Dios, la verdad misma y fuente de toda verdad. Tanto razón como fe, tienen que colaborar solidariamente para encontrar la única verdad, es decir, Dios mismo. San Agustín no se preocupó jamás de trazar fronteras entre fe y razón; su objetivo era la comprensión de la verdad cristiana y para ello se apoyaba tanto en la razón como en la fe.

Hay que tener en cuenta que San Agustín no es un filósofo en sentido estricto, si entendemos por filósofo un pensador que se limita al ámbito de lo que puede ser conocido por medios exclusivamente racionales, sin apelar a la fe en el curso de su argumentación racional. Esta actitud filosófica sólo es posible cuando previamente se han trazado fronteras precisas entre la razón y la fe, asignando a cada una de ella su propio ámbito de competencias, cosa que sí hará Sto. Tomás.

  • Averroes plantea el problema en toda su crudeza con su tesis de la doble verdad, que consiste en que podemos obtener dos verdades -una por la razón y otra por la fe- distintas y contradictorias. Así, por ejemplo, por la fe creemos que el mundo es creado y el alma es inmortal, pero por la razón podemos sostener que el mundo es eterno y el alma mortal. Averroes quiso buscar la autonomía de la razón, que veía estaba demasiado sometida a la corriente dogmatizante de la fe. Sus tesis y la de sus seguidores -averroísmo latino- fueron muy perseguidas, ya que suponían, en definitiva, defender el poder de la razón humana frente a la fe.

Sto. Tomás, buscó una solución bastante satisfactoria y avanzada para su época al articular la teología como una ciencia mixta. Separa la razón de la fe, la filosofía de la teología, y dice que cada una tiene su propio ámbito de competencias. Así, por ejemplo, la razón se ocupa de las verdades matemáticas y sobre esto no tiene nada que decir la fe; de la misma manera sobre el dogma de la Trinidad, que es algo de fe, no tiene nada que decir la razón. De esta manera no puede haber confusión de ámbitos (como sostenía San Agustín), pero tampoco contradicción porque la verdad es una (contrariamente a los averroístas). Ahora bien, Sto. Tomás dice que hay una zona de confluencia de la que se ocupan tanto la razón como la fe, se trata del tema de la existencia de Dios, que creemos por fe (Teología Revelada), pero que también puede demostrarse su existencia por la razón (Teología Natural o Teodicea). El creyente cree por su fe que Dios existe, pero, al mismo tiempo, puede apoyar o justificar tal creencia por la razón, de manera que la filosofía se ponga al servicio de la teología, ya que si se obtiene algún tipo de conocimiento por la razón que vaya en contra de la revelación (fe), tal conocimiento es errado.

2.  Identifique y explique las ideas contenidas en el texto

Para explicar las ideas que el texto alberga vamos a empezar identificando la tesis principal y después el resto de ideas que la sostienen y los argumentos en los que se apoya.

  1. La tesis principal sería: La existencia de Dios demostrada a través de los seres
  2. Esto parte de que en la realidad tenemos experiencia de seres que pueden existir o no existir, es decir, seres contingentes o transitorios.
  3. Estos seres encuentran su causa en otros seres transitorios. Sin embargo, es imposible hacer una regresión al infinito, pues de un ser que en algún momento no ha existido no puede surgir la existencia.
  4. Por lo tanto, debe existir un ser que sea necesario, es decir, que exista siempre, y que lo que produce su existencia sea él mismo.
  5. Ese ser necesario que siempre ha existido y que es causa de su propia existencia y de la del resto, alberga los atributos divinos. Por tanto, ese ser es.

3.  Justifique las ideas del texto en relación con la filosofía del autor

El texto que tenemos entre manos corresponde a la teología natural de Santo Tomás de Aquino. Trata la relación entre fe y razón, concretamente la demostración de la existencia de Dios. El argumento de las vías de la existencia de Dios aparece en La Suma Teológica, Artículo tercero, cuestión II. Santo Tomás da muchas cosas por supuestas porque considera que el público que lo lee ya está familiarizado con la filosofía y con su propia doctrina. Del mismo modo, da por sentado que lo que escribe va dirigido a un público cristiano. Las cinco vías de Santo Tomás de Aquino son resúmenes, bocetos de ideas, en las que se ahondan en mucho más en detalle en otras partes de su obra. Esto provoca que si solo se lee las cinco vías, uno se enfrenta a un conocimiento sacado de contexto parcialmente, lo que provoca confusiones. Asimismo, las vías tomistas son argumentos a posteriori, es decir, que se basan en la experiencia para demostrar la existencia de Dios. Todos cuentan con la misma estructura, parten de un hecho experiencial en concreto, según el tipo de vía:

Primera vía, a partir del movimiento. Existe Dios como primer motor inmóvil que mueve sin moverse y es acto puro.

Segunda vía, a partir de la causa eficiente. Dios como causa primera incausada. Es una causa que no ha causado nada ni nadie.

Tercera vía a partir de los seres transitorios: existe Dios como ser necesario del que provienen los seres contingentes.

Cuarta vía a partir de los grados de perfección. Existe Dios como el ser sumamente perfecto, que contiene el grado sumo de perfección de la que los demás participan.

Quinta vía, a partir de la finalidad: existe Dios como suprema inteligencia ordenadora.

Nada más leer el texto, podemos percatarnos fácilmente de que Santo Tomás está hablando de la tercera vía, esta consiste en que existe Dios cómo ser necesario, que no puede no existir, que tiene en sí la causa de su existencia y que ha causado a los seres contingentes. Dicha vía está inspirada en Maimónides.

Esta se basa en la argumentación de que encontramos en el mundo seres que pueden ser o no ser (transitorios). Es decir, que serían seres contingentes. Por lo tanto, todo lo que es capaz de no ser en algún momento no es. Del mismo modo, si todos los seres fueran capaces de no ser, alguna vez no habría nada en la realidad. Pero si esto fuera verdad, tampoco ahora habría nada, porque lo que no existe no empieza a existir más que en virtud de lo que ya existe.Ergo no todos los seres son transitorios, sino que tiene que haber algún ser necesario o no-transitorio, permanente, que no pueda no ser. Ese es Dios.

¿Por qué el ser necesario debe ser Dios? Para Santo Tomás, vivimos en un mundo infinito o eterno. Aunque sea una posibilidad, Sto Tomás creía en la creación, no en algo que ha existido siempre. Esto lo trata en Sobre la eternidad del mundo. Es tan racional pensar lo uno como pensar lo otro, pues no puede demostrarse filosóficamente, sólo se puede confiar en las escrituras. Santo Tomás pretende llegar a Dios como la primera causa en la existencia que lo sostiene todo aquí y ahora, no en el pasado.

4.  Relacione el tema o el autor del texto con una posición filosófica de un período histórico contemporáneo

Al tener que compararlo con un autor contemporáneo tenemos opciones más limitadas que otros años, no obstante, Nietzsche es muy buena elección. Son dos filósofos imprescindibles para comprender la historia de la filosofía. Separados por unos cuantos siglos, ambos ofrecen una visión de la filosofía opuesta, pero muy rica.

Santo Tomás fue un sacerdote cristiano en la Edad Media, toda su filosofía está basada en la relación de la fe y la razón. Su pensamiento está orientado en demostrar la existencia de Dios a través de argumentos racionales. También se centra en el bien y la verdad, a los que llegamos a través de Dios. Por el contrario, Nietzsche es un autor ateo, nihilista que es uno de los grandes representantes del racionalismo. Gran parte de su empresa fue atacar la sociedad occidental considerada fruto del cristianismo. Tachaba a los valores cristianos como contrarios a la vida. Declara la muerte de dios y propone la destrucción de la moral y metafísica y propone valores opuestos, es decir, la transvaloración de los valores.

Para Santo Tomás, la felicidad del hombre está en alcanzar la verdad y esta se alcanza a través de Dios. Dios es la Verdad. Nietzsche, por otra parte, considera que la Verdad no existe. Tampoco existirían los hechos, sólo la interpretación que cada uno otorgue o sufra. La felicidad para Nietzsche sería dada por la voluntad de poder y solo estaría destinada a unos pocos: al superhombre.

Santo Tomás considera que el modo de que la sociedad prospere, al igual que cada persona individualmente, es siguiendo la ley natural. Es decir, la ley de la naturaleza que es dada por Dios. Podemos aprender de esta por medio de la Biblia o al contemplar la naturaleza misma. Nietzsche pretende atacar cualquier ley que esté conforme con las convenciones sociales o religiosas. El superhombre es lo que uno es realmente, y este debe hacerse destruyendo los valores religiosos y morales. El superhombre es representado como un niño y solo sirve a un dios, él mismo.

Aquí debemos añadir también nuestra valoración crítica:

Santo Tomás hizo una labor encomiable en la universidad y en la iglesia católica. La concordancia entre la fe y la razón, aunque no sea un tema tan importante como en la Edad Media, considero que mantiene una vigencia total. La religión tiene un peso muy importante en nuestra sociedad a día de hoy. No solo en España, que es un estado en mayoría católico, al igual que en muchos países vecinos como España o Portugal, sino también otros países que son próximos a nosotros; como Marruecos, donde su religión islámica tiene mucho peso en su cultura.

Por otro lado, gran parte de la labor de Santo Tomás se dirigió a demostrar la existencia de Dios. Considero que a pesar de que sus argumentos son a posteriori, es decir, parten de la experiencia y que no hay falacias en sus argumentos, además de que siguen una secuencia lógica sin fallo no basta para determinar la propia existencia de Dios. Las cinco vías de Santo Tomás son muy difíciles de rebatir, usa unos argumentos sólidos y elocuentes. Sin embargo, la existencia de Dios nunca va a poder demostrarse plenamente por el mero hecho de que no podemos acceder a él a través de nuestros sentidos.

Asimismo, me parece algo positivo que Santo Tomás no se centrara en demostrar la existencia del Dios cristiano, simplemente la existencia de Dios. Abrió muchos puentes entre las distintas religiones y siempre se nutrió de saberes distintos al suyo. Demostró una gran tolerancia y una capacidad enorme de pensamiento crítico. Nunca se quedó solo con su fe o los textos sagrados. Se esforzó por comprender a muchos autores completamente ajenos y distintos a él. Comenzando por Aristóteles o siguiendo por Averroes.

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